jueves, 12 de diciembre de 2013

El Bloguero Invisible 2013


Cuando hace unos días, por casualidad, miré mi blog y vi en el “blogroll” la entrada de Kayena, con la convocatoria de El Bloguero Invisible 2013 --y, aprovecho para  expresarle mi agradecimiento por el enorme trabajo que representa desarrollar y llevar a buen término esta genial iniciativa que tanto nos divierte a tod@s l@s que participamos en ella--  me di cuenta de que, aunque yo no me había percatado aun, la Navidad había llegado; a mí me pillo algo descolocado; si,  pues entre unos asuntos y otros, llevo unos meses desconectado de la blogosfera, pero desde que vi el anuncio  todos los días me he proponía formalizar mi participación, aunque me ha costado encontrar el momento.
 
Lo primero y más duro ha sido volver a entrar en mi blog, pues entraba con otro correo electrónico distinto y la aplicación no me permitía acceder y hacer nuevas entradas,  en fin menos mal que mi mujer que tiene mas paciencia que yo  tomo cartas en el asunto y se dio cuenta de este detalle, cuando yo ya había dado por perdido el blog, después de este incidente ya todo de corrido: seleccionar los libros,  poner el comentario en el blog de Kayena, el banner, los enlaces, etc. etc.  en fin, he seguido todo el protocolo de participación, y ahora a esperar a que Kayena nos pase nuevas instrucciones.

 
Antes de continuar,  por si existe alguien en la blogosfera mundial que no conozca “esta iniciativa (que lo dudo) y que esté interesado en participar, le dejo este enlace, que va directo a la entrada de Kayena, en la que lo explica todo alto y claro. Yo os animo a participar, es un “juego” entrañable y divertido con un premio final lleno de suspense, de esos que no defrauda nunca.

 
Y, después de este paréntesis, lo importante:  este año, participo con dos libros, muy conocidos ambos con los que espero que a mi bloguer@ invisible disfrute tanto como yo lo hice cuando los leí, a continuación os dejo las sinopsis de ambos:

 
La Habana para un infante difunto, de Guillermo Cabrera Infante

La novela comienza como una memoria infantil y termina como una fantasmagoría del sexo. Si el autor pudo declarar que Tres Tristes Tigres, su libro más célebre, era una galería de voces, ahora puede decir que esta novela es un museo de mujeres, con el narrador de guía completando cada boceto, detallando cada dibujo exhibiendo cada cuadro carnal hasta hacerlos tableaux vivants. Dividido en episodios, el libro alterna los juegos literarios y los juegos de amor para hacerlos coincidir muchas veces en una rosa de grandes labios. Pero el innombrado personaje central está empeñado, más que en buscar a la mujer, en una búsqueda de la felicidad, y el libro termina en un fantástico final feliz en un cine, como una película popular. El erotismo aliterante, la paranomasia de los sentidos y la constante comicidad parecen ser las marcas de fábrica de la Habana para un difunto, además de la búsqueda de una ciudad perdida.

 

La pasión turca de Antonio Gala:

Desideria Oliván, una joven de Huesca con decepciones matrimoniales, en el curso de un viaje turístico por Turquía descubre repentinamente la pasión amorosa más avasalladora en los brazos de Yamam, y a pesar de que no sabe casi nada de él, lo deja todo para vivir a su lado en Estambul. Pasa el tiempo, y la intensidad de este amor persiste, pero las relaciones de los dos amantes se van haciendo cada vez más dramáticas y más sórdidas, hasta que el reencuentro de Desideria con un antiguo amigo suyo que pertenece a la Interpol revela la verdadera naturaleza de las actividades lucrativas de Yamam. La historia, admirablemente contada a través de unos supuestos cuadernos íntimos de la protagonista, constituye una amarga meditación sobre el amor, llevado a sus últimas consecuencias en medio de un clima muy patético, hasta la destrucción física y moral, que Antonio Gala sabe describir con la irresistible fuerza de su estilo.

 
Besos y feliz Bloguero Invisible 2013 para todos,