Bloguero Invisible

Estaba ya un poco harto de tanta Navidad, tantas comilonas y tantos gastos que llevan aparejadas, hasta que a la vuelta de mis vacaciones me he llevado una sorpresa que hoy quiero compartir con vosotros. Como muchos de vosotros, yo también me apunté al Bloguero Invisible. Llevo poco tiempo en estos mundos virtuales, no se moverme bien por aquí, lo reconozco y se nota porque casi nadie viene a visitar mi blog, pero tengo un ojo clínico que ya lo quisieran muchos (economistas, ministros o gente de la política sin ir más lejos). Y digo que lo tengo porque a fuerza de visitar blogs, me di cuenta por casualidad que había un proyecto muy interesante llamado “Bloguero Invisible”. 

Durante días estuve observando en el blog donde se llevaba a cabo que la gente se iba apuntando y que había una lista de libros bastante suculenta. Me daba un poco de vergüenza participar, porque no conocía a nadie y se notaba mucho en los comentarios que la gente se conocía por el buen rollito que notaba en los comentarios. Y al final me lié la manta a la cabeza y me apunté. Y como estamos de confesiones, os diré que no pensaba que se me admitiría al parecerme aquello como un grupo de amigos. No sé si me explico.

Así que sobre la marcha elegí un libro de mi estantería y envié un correo electrónico a Kayena (que es quien lo organizaba) y me contestó enseguida, aceptándome a la primera. Escribí una “entrada” diciendo que libro regalaría yo, como se nos pedía y me puse a esperar. Luego vinieron los nervios de ver que aquello crecía como una bola de nieve, que cada vez había más gente que se enganchaba y que la mayoría de los libros me gustaban. No daba crédito. Y también llegaron los problemas porque al irme de vacaciones se me olvidó llevarme el libro. Una odisea de la que la persona a la que envié mi libro sabe por lo que pasé y que consiguieron que esos nervios que ya tenía por todo lo que iba viviendo se desataran del todo. Y como vinieron se fueron al comprobar que Francisco recibió mi libro en la fecha deseada.

Ya solo me faltaba llegar a casa y esperar a ver qué me había deparado la suerte. Y la he tenido y mucha. Para empezar, yo pensaba que como en la vida, la experiencia era un grado y que los blogueros con más experiencia o antigüedad recibirían los libros enviados por los escritores. En mi desconocimiento, creía que ellos pondrían alguna condición. Así que imaginaros mi sorpresa cuando al abrir el buzón me encontré con dos avisos de Correos ¿dos? ¡Pero si yo, a excepción de un libro no esperaba nada!. A la mañana siguiente lo primero que hice fue acercarme a la oficina postal y no había ningún error: había dos paquetes para mí. Y allí mismo abrí los sobre de puro nervioso que estaba. Corriendo marché a casa, a comprobar en la lista si estos libros estaban. Estaba tan cegado que le puse corriendo un e-mail a Kayena, para avisarle que se había tenido que confundir y que había mandado mi dirección a dos personas en vez de una.

A vuelta de correo Kayena me dijo que si había mirado bien la lista, porque había autores que también enviaban libros y que mirase en el interior del libro si el autor en cuestión me lo había dedicado. Entonces ya me desmoroné del todo.

Por ello, quiero dar las gracias a mi bloguera invisible: Cristina_Roes, que me ha mandado un libro de Patricia Cornell: “Post mortem”, que pienso devorar en breve. A Félix G. Madroño, el autor de “La ciudad de los ojos grises”, del que he leído muy buenas críticas. Y por su generosidad que en mi caso es doble porque es el primer libro dedicado que tengo y a Kayena, porque me ha dado la oportunidad de disfrutar tanto.

Ahora os dejo la foto de familia: